Hay vida ahí fuera...

Se me olvidó deciroslo, pero desde hace unas 3 semanas, tenemos una familia al completo de palomas en la terraza. Antes aún salíamos a fumar, pero ahora, con tal de no molestar a la señora paloma, que está incubando los huevitos de sus retoños, apenas fumamos.
Los últimos días que estuvo Hanne, aún salíamos alguna que otra noche a fumar y la paloma ni se inmutaba, creo que se ha acostumbrado a nosotras. Porque ayer apareció una ardilla y tuvieron una pelea muy interesante.
Yo estoy aprendiendo una barbaridad sobre palomas: todo empezó cuando se me ocurrió poner el árbol de Navidad de mi ex roommate koreana en el balcón. Primero fue el señor paloma quien se acercó para ojear el terreno. Una vez lo tuvo estudiado empezaron a traer ramitas, cada día unas cuantas, hasta que formaron su nidito. Pero una vez que el nido estuvo hecho y la señora paloma echó su primer huevo (no vinieron a la vez, el segundo llegó a los 4-5 días), el señor paloma desapareció. De hecho hoy lo he vuelto a ver después de casi 15 días. Ya se sabe que los machos pasan de todo, teniendo a la hembra que se encargue de lo que importa, ellos todo el día de parranda.
Hanne decidió ponerle dos rebanadas de pan Bimbo, para que tuviera la comida cerca y no se tuviera que mover demasiado, pobrecita, nos daba tanta pena... Pero no sólo no la ha probado, sino que por las noches nos visitan entre 3 y 4 cucarachas que se meten el banquete gracias a nosotras.
Tengo que deciros que en estos momentos la terraza de nuestro apartamento (como el resto, para qué engañaros), da un asco que no veas. A ver si nacen de una vez y limpiamos todo esto...